En segundo lugar está la gran
cantidad de conflictos que existen entre las naciones puesto que esto provoca que muchos recursos económicos
se desperdicien en resolver el problema. Un buen ejemplo es el terrorismo por
parte de ISIS, esto causa que los recursos destinados al desarrollo tecnológico sean
menores pues se debe atender a esta problemática terrorista.
En tercer lugar, y la más preocupante,
es la autodestruccion de la humanidad por parte de bombas nucleares. Si estalla
una tercera guerra mundial es probable que gran parte de la tecnología que
tenemos quede inutilizable por la radiación causada. Además de ello podría incluso
destruir todas las fuentes energéticas, retrasando a la humanidad unos 500
años. Solo es necesario recordar la época
de la Guerra Fría, en aquel entonces tanto Rusia como Estados Unidos estuvieron
a punto de sumir al mundo en el caos.
Finalmente tenemos la falta de
apoyo a las investigaciones científicas por contraponerse a intereses gubernamentales
o empresariales, por ejemplo, en la edad media gran parte de los científicos fueron
perseguidos y asesinados por la Religión Católica por oponerse a su doctrina,
esto causó un gran retraso en los avances posteriores. Para poner otro ejemplo
tenemos a Nicolás Tesla y su bobina, muchas empresas eléctricas de aquel
entonces se opusieron a esta idea por el
simple hecho de que eliminaría la necesidad de los cables.
Es necesario tener en cuenta que
la humanidad ya está entrando en un punto sin retorno, pues actualmente para satisfacer
todas las necesidades humanas se necesitaría otro planeta Tierra (para ser exactos 1,5 “Tierras”). Si no
ponemos atención a la exploración espacial, a la extracción de recursos de
otros planetas y a colonización de los mismos, tarde o temprano regresaríamos a
la edad de piedra.
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